Un componente característico del enfoque PMJ es el uso práctico de lo que llamamos “Siete leyes mentales aplicadas a la infancia y adolescencia”, adaptadas de principios conocidos en neurociencia, psicología positiva y educación del carácter: 

1. Causa y efecto: cada acción genera una consecuencia.
2. Expectativa: lo que creemos posible influye en nuestros resultados.
3. Atracción: el pensamiento positivo genera oportunidades.
4. Equivalencia mental: somos lo que visualizamos ser.
5. Correspondencia: lo que ocurre afuera refleja lo que ocurre dentro.
6. Creencia: nuestras convicciones internas guían nuestras decisiones.
7. Autocontrol: regularnos nos empodera. 

Estas “leyes” no son doctrinas rígidas, sino puntos de partida para desarrollar conversaciones reflexivas, promover hábitos constructivos y cultivar la conciencia en edades formativas. Todo el modelo está construido para ser accesible, emocionalmente seguro y culturalmente adaptable. Puede funcionar en contextos escolares, rurales, urbanos y comunitarios, con acompañamiento de docentes, madres, padres o figuras significativas. 

Fundamento metodológico y marco de respaldo 

La metodología de PMJ es de diseño propio, tomando como base: 

• Principios de neuroeducación, aprendizaje significativo y educación socioemocional (Goleman, Gardner, Jensen). • Enfoques de desarrollo del pensamiento crítico y educación en valores (UNESCO, SEP).
• Recomendaciones del Modelo Educativo de la Nueva Escuela Mexicana (2022):

•Enfoque humanista. o Autonomía y participación del estudiante. 
•Contextualización cultural.
•Educación para la vida.

El modelo también está alineado con los principios del Marco Curricular Común de la Educación Básica, en especial en los campos formativos de:

• Ética, naturaleza y sociedades.
• Desarrollo personal y social.
• Lenguaje y comunicación.

Estos elementos dotan al modelo de un respaldo técnico, legal y pedagógico sólido, que permite su implementación en contextos escolares y comunitarios con pertinencia y coherencia institucional.